Ocupé mucho tiempo en desmantelar la casa, en tirar al contenedor las sábanas los ceniceros y la última botella.
Me costó limpiar la noche, sacudir el adiós de las alfombras.
Lo demás me lo llevé a la soledad que me acompaña y cuando lloro no sé si lloro por él o lloro por todo, el caso es que mi llanto se hizo silencioso para echarle de menos