Necesito tiempo -dijiste-
bostezando y con prisas.
Me quedé llorando
con la impresión
de que te irías a dormir
o a celebrarlo.
Al día siguiente me compré una margarita
y un libro de poemas.
Y mientras escuchaba jazz sin estridencias
recité a poetas
que también se inspiraron
en la estupidez.





No hay comentarios:

Publicar un comentario